Nuestra manera de hacer las cosas
El Consulado no es una tienda al uso, es un lugar que recoge objetos con memoria. Como los antiguos consulados, es una especie de frontera amable entre lo local y lo lejano, donde confluyen culturas, historias y oficios. Cada pieza que selecciono, ya sea un jarrón esmaltado, un cuenco antiguo o un mantel de lino; lleva consigo un recorrido: ha sido hecha a mano, en talleres pequeños, con técnicas tradicionales que siguen vivas en rincones del Mediterráneo.
Aquí no hay prisas ni novedades, solo objetos que perduran, escogidos como quien revisa archivos o abre una caja de postales olvidadas.
El Consulado es una tienda online -no contamos con tienda física- pero puedes encontrar nuestras piezas en diferentes espacios seleccionados alrededor del mundo.
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Un verano Mediterráneo, eso es El Consulado
Detrás de El Consulado
Hola, soy Alexandra, curadora en Jefe de El Consulado. Nací en España, me licencié en Historia y me dedico a buscar belleza sin artificios. No produzco: observo, pregunto y elijo. Con base en España, y un ojo (muy entrenado) sobre el Mediterráneo.
Recorro España y el Mediterráneo en busca de artesanos únicos, que trabajan de forma tradicional y con autenticidad.
Cada pieza que ofrecemos proviene de alguien que conocemos: su historia, su taller, su ritmo. Por eso decimos que nuestras piezas tienen nombre y apellido.
No son solo objetos: son el resultado del tiempo, del oficio y de una forma de vida que queremos ayudar a mantener viva.
Trabajamos directamente con artesanos para garantizar un pago justo y un proceso respetuoso y transparente. Aquí todo se hace despacio; nuestros artesanos trabajan a su propio ritmo y eso lo respetamos. En la artesanía, no hay prisa que valga.
Para nosotros, la tradición importa, no como algo que conservar en una vitrina, sino como algo vivo que merece seguir su camino. Buscamos piezas donde el pasado no se quede atrás, sino que siga presente.
Nos gusta nuestra tierra, el mar, los olivos, el aire fresco de primera hora de la mañana. Por eso es muy importante para nosotros reflejarlo también en el empaquetado, haciéndolo 100% reciclable y reciclado.
Frente a la fantasía pulida del Mediterráneo, lo nuestro es otra cosa: color, textura y tradición. Queremos reivindicarlo. Que vuelvan nuestros colores.
Trabajamos directamente con artesanos para garantizar un pago justo y un proceso respetuoso y transparente. Aquí todo se hace despacio; nuestros artesanos trabajan a su propio ritmo y eso lo respetamos. En la artesanía, no hay prisa que valga.
Para nosotros, la tradición importa, no como algo que conservar en una vitrina, sino como algo vivo que merece seguir su camino. Buscamos piezas donde el pasado no se quede atrás, sino que siga presente.
Nos gusta nuestra tierra, el mar, los olivos, el aire fresco de primera hora de la mañana. Por eso es muy importante para nosotros reflejarlo también en el empaquetado, haciéndolo 100% reciclable y reciclado.
Frente a la fantasía pulida del Mediterráneo, lo nuestro es otra cosa: color, textura y tradición. Queremos reivindicarlo. Que vuelvan nuestros colores.
Trabajamos directamente con artesanos para garantizar un pago justo y un proceso respetuoso y transparente. Aquí todo se hace despacio; nuestros artesanos trabajan a su propio ritmo y eso lo respetamos. En la artesanía, no hay prisa que valga.
Para nosotros, la tradición importa, no como algo que conservar en una vitrina, sino como algo vivo que merece seguir su camino. Buscamos piezas donde el pasado no se quede atrás, sino que siga presente.
Nos gusta nuestra tierra, el mar, los olivos, el aire fresco de primera hora de la mañana. Por eso es muy importante para nosotros reflejarlo también en el empaquetado, haciéndolo 100% reciclable y reciclado.
Frente a la fantasía pulida del Mediterráneo, lo nuestro es otra cosa: color, textura y tradición. Queremos reivindicarlo. Que vuelvan nuestros colores.